La piel se ve expuesta al humo de los cigarrillos tanto de forma directa, por el contacto del humo ambiental como indirecta, por la llegada vía sanguínea de las sustancias tóxicas procedentes del humo del tabaco inhalado.
El tabaco actúa liberando los radicales libres que son los causantes del envejecimiento prematuro de la piel. Además, el consumo de tabaco se ha visto relacionado con un aumento de la incidencia o emperamiento de múltiples efermedades dermatológicas como puede ser la psoriasis o la dermatitis de contacto alérgico.
Cabe destacar también que la nicotina, el monóxido de carbono y el cianuro de hidrógeno interfieren en los procesos de cicatrización.
El contacto directo con el humo conlleva una deshidratación del estrato más superficial de la piel (estrato córneo), por lo que repercute en una mayor resequedad. También se ha demostrado que los fumadores tienen una piel más apagada, con un tono cetrino sin luminosidad y con mayor número de arrugas profundas y tempranas que los no fumadores.
Para recuperar la piel después de fumar, se recomienda utilizar productos con acción purificante, regeneradora y revitalizante. La cosmética ecológica pone a tu alcance peelings, con una acción limpiadora, mascarillas purificantes, que aporten luminosidad y un efecto oxigenante, serums revitalizantes y cremas hidratantes y regeneradoras que aporten todos los cuidados necesarios para una piel que ha estado asfixiada durante un largo periodo de tiempo.
¡Libera tu piel de toxinas definitivamente con los cuidados de la cosmética ecológica! ¡Nada más sano!
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