17 julio 2009

El ejército de EEUU analiza prohibir el tabaco



Un soldado estadounidense se fuma un cigarrillo durante un registro en una casa de la localidad iraquí de Al Wajihiya
AFP
WASHINGTON (AFP) — La imagen del soldado estadounidense distribuyendo cigarrillos podría convertirse en parte del pasado si se confirman las intenciones del Ejército de Estados Unidos, que aspira a eliminar el uso del tabaco entre sus filas.

El Departamento de Defensa y el de ex combatientes pidieron un informe al Instituto estadounidense de medicina (IOM) que revela una imagen sombría del uso del tabaco por parte de las tropas estadounidenses. Los soldados fuman mucho más que el promedio de la población y las guerras de Irak y Afganistán relanzaron el consumo de tabaco.

En 2005, según las últimas cifras, un tercio (32%) del personal militar fumaba, contra un quinto (20%) de la población estadounidense. Los que están desplegados en el terreno tienen dos veces más probabilidades de fumar que los otros soldados.

Los soldados del cuerpo de Marines (infantería de marina) son los que fuman más (35,7%), seguidos por los soldados del Ejército (37,3%) y civiles del Departamento de Defensa (28,9%). En la Fuerza Aérea es donde se fuma menos (23,2%).

Pero prohibir el cigarrillo en el seno del Ejército no es una tarea fácil, ya que éste está asociado a la cultura militar, señala el informe. "Fumar corresponde a una imagen de un soldado sin miedo y duro", señala el documento.

El vínculo entre cigarrillo y tensión nerviosa es destacado por los soldados: el 25,4% dice que fuma "para aliviar el estrés", para "relajarse y calmarse" (26,2%) y para "matar el aburrimiento" (22,2%).

Además, "los productos del tabaco son legales, fáciles de adquirir, altamente adictivos y muy promovidos por los fabricantes", subraya el estudio. Además, en las bases militares los cartones de cigarrillos son más baratos.

El objetivo de tener un Ejército sin cigarillos no es nuevo pero su aplicación ha sido postergada, señala el informe.

En el Pentágono aseguran no estar rezagados en materia de política antitabaco.

Pero desde hace una década el consumo de cigarillos se ha recrudecido con los conflictos en Irak y Afganistán, admite el informe.

Entre las medidas posibles, el estudio plantea la necesidad de "fijar una fecha" para un Ejército sin tabaco. Asegura que hay que prohibir el cigarrillo en las instalaciones militares y los centros hospitalarios para ex combatientes, donde todavía hay salas para fumadores. Recomienda además suprimir la venta de tabaco en las bases, o que al menos sea vendido al mismo precio que a los civiles, que es mayor.

En términos de costos, el impacto del tabaco para el Ejército "es enorme", indicó el informe, que precisa que en 2006 los Servicios militares médicos (MHS) gastaron 564 millones de dólares para curar a fumadores.

Físicamente, el soldado fumador tiene un peor desempeño, asegura el estudio, que se refiere a una peor visión, sobre todo de noche, una pérdida prematura del oído y más riesgos de tener un accidente al conducir un vehículo.
AFP

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