07 junio 2009
El riesgo del fumador pasivo
El tabaco mata cada año a una gran cantidad de personas, pero no sólo a quienes lo consumen, sino también a quienes sufren indirectamente las consecuencias del humo de los cigarros: los fumadores pasivos.
El tabaco se ha convertido en la primera causa de muerte en el mundo y los augurios indican que la mitad de las personas que fuman morirán por causa del humo de los cigarros en el futuro, algunas de ellas en calidad de fumadores pasivos.
En España, por ejemplo, una de cada cinco personas fallecidas por enfermedades relacionadas con el tabaco era fumador pasivo, según datos de un estudio de la Sociedad Española de Epidemiología facilitados por Carles Ariza, miembro de la Agencia de Salud Pública de Barcelona.
De acuerdo con este informe, el tabaco mata cada año en el país a más de 45,000 personas pero entre 8,000 y 11,000, que no eran fumadoras habituales, fallecieron por alguna enfermedad provocada indirectamente por el tabaco, como infecciones respiratorias, algún tipo de cáncer, o dolencias cardiovasculares.
“El tabaco es un riesgo para todo el mundo, pero en especial para las embarazadas, que expuestas al humo de los fumadores, tienen mucho más riesgo de sufrir un aborto esporádico, de tener un parto prematuro o de que, al nacer, su bebé tenga un peso inferior al normal”, según Ariza.
Para los niños, las consecuencias de la exposición al humo del tabaco no son menos preocupantes ya que aumenta el riesgo de padecer infecciones respiratorias, del oído medio o asma.
La ciencia también ha demostrado la relación fehaciente entre consumo de tabaco de progenitores con casos de fallecimiento de sus hijos como consecuencia del denominado síndrome de muerte súbita de lactante.
Juan Antonio Riesco, coordinador de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica indica que “un fumador pasivo puede llegar a tener los mismos niveles de monóxido de carbono que un fumador activo en determinados ambientes, como por ejemplo en una discoteca”.
El experto advierte también que “el humo del tabaco puede llegar a ser peor para el no fumador porque el filtro de los cigarrillos impide que pasen ciertas sustancias al pulmón del fumador”.
Un estudio publicado en el “British Medical Journal” asegura que la exposición al humo del tabaco ajeno podría aumentar el riesgo de sufrir demencia y otras alteraciones del sistema cognitivo.
Investigaciones anteriores ya habían establecido un vínculo entre ser fumador y padecer demencia, y también se ha comprobado que puede existir un riesgo para las funciones cognitivas de los niños y adolescentes que estén expuestos al humo del tabaco. Sin embargo, el estudio que recoge la revista británica es el primero a escala nacional que demuestra que existe una relación entre ser fumador pasivo y el desarrollo de demencia u otros problemas neurológicos.
Los autores, británicos y estadounidenses, dirigidos por el profesor David Llewellyn de la universidad inglesa de Cambridge, analizaron muestras de saliva de casi 5,000 adultos de más de 50 años que no eran fumadores, utilizando datos de estudios de salud realizados en Inglaterra en 1998, 1999 y 2001.
Los riesgos demostrados del tabaco para la salud han llevado a las autoridades sanitarias mundiales a tomar medidas y, en determinados países, las cosas se les han puesto harto complicadas para los fumadores, quienes ven reducido día a día su ámbito de acción.
La Comisión Europea (CE) está estudiando la posibilidad de prohibir fumar en todos los centros de trabajo de la UE y en todos los espacios públicos cerrados, incluidos restaurantes y bares, una restricción que ya aplican varios Estados miembros, pero que aún no constituye una obligación a escala comunitaria. Por el momento son 15 los países que aplican la directiva, que afecta a unos 220 millones de personas del Viejo Continente.
Las evidencias no han logrado establecer un quórum mundial sobre el grave problema. Las voces discordantes también se han hecho oír en los últimos tiempos, empezando por las empresas tabaqueras.
La denominada Coalición Internacional contra la Prohibición del Tabaco, reunida a finales del pasado enero en Bruselas (Bélgica), cuestionó la validez de los datos que esgrimen las autoridades de países de la UE para limitar el consumo en lugares públicos y consideró que se exagera sobre los riesgos a los que se exponen los fumadores pasivos.
Con motivo de su primera conferencia mundial, organizada bajo el título “Leyes anti-tabaco y mentiras”, esta organización reunió en la capital europea a fumadores, expertos y políticos que consideran que las prohibiciones atentan contra la libertad individual y que se basan en “fraudes científicos” y “manipulación política”.
Entre los numerosos argumentos en contra de las prohibiciones expuestos a lo largo del encuentro, varios expertos cuestionaron la validez de los estudios utilizados por las autoridades para respaldar los vetos al humo en bares y lugares de trabajo.
Uno de ellos, Gio Batta Gori, ex director del Programa de Tabaco y Salud del Instituto Nacional para el Cáncer de Estados Unidos, aseguró en el encuentro que la mayor parte de los estudios contienen mediciones “no válidas”. También argumentó, apoyándose en otros informes, que los riesgos de cáncer de pulmón para el fumador pasivo — unas 5,000 veces menor que para el activo, según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU—serían “prácticamente indetectables”.
Además, en la conferencia se mostraron tablas donde se aseguraba que los riesgos del humo para los no fumadores que esgrimen los partidarios de las prohibiciones son inferiores a otros factores como la dieta y el alcohol.
Fuente: La Prensa.com.ni
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