19 enero 2010
Los riesgos de fumar
EPOC
La epoc, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, es un de las patologías que más muertes produce en nuestro país. Los datos prevén que en quince años habrá en España más muertes por epoc que por cáncer. El 30% de las personas que fuman o que han sido fumadores desarrollaran esta enfermedad respiratoria que se caracteriza por obstruir los pulmones.
El doctor Teodoro Montemayor, jefe del servicio de neumología del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, incide en la importancia de abandonar el hábito de fumar con tal de evitar futuras complicaciones en nuestra salud, como por ejemplo la epoc.
La realidad del tabaco
La epoc es una enfermedad directamente relacionada con el tabaco. Por ello es necesario aplicar acciones globales con el fin de informar a la población de los riesgos que les supone fumar. El tabaco mata a 57.000 personas al año en nuestro país. La gente sabe que el tabaco es malo para la salud, pero no son conscientes de las verdaderas dimensiones del problema. La persona fumadora debe ser conocedora de sus riesgos.
La España fumadora
Actualmente un 29% de la población española es fumadora habitual, una cifra que se ha reducido en los últimos años, habiendo llegado a alcanzar cifras del 34%. Cuando se cumplen tres años de la entrada en vigor de la ley antitabaco, se observa que ha habido mejorías pero que estas no están siendo suficientes. Nuevos fenómenos se están produciendo como por ejemplo que cada vez más adolescentes se incorporan al mundo del tabaco, o que cada vez hay más mujeres que adquieren el hábito de fumar. En cambio, tal y como indica el doctor Montemayor, se observa la tendencia de que cada vez más adultos intentan dejar de fumar. De todas maneras las estadísticas no invitan al optimismo: en España hay más de 9,5 millones de fumadores mayores de 16 años, la tasa más alta registrada en Europa. El futuro en referencia a la epoc se presenta difícil puesto que los primeros síntomas se empiezan a presentar a una edad más temprana. El proceso se ve en gente más joven porque cada vez se empieza a fumar antes. De hecho una de cada cuatro personas que fuman padecerá epoc.
Dejar de fumar
Los gobiernos han intentado reducir el tabaquismo con la implantación de medidas como por ejemplo el encarecimiento del tabaco para, así, influir en el consumo. Sin embargo, si lo comparamos con otros países europeos, el tabaco en España está muy barato.
Una persona que fuma se encuentra con muchas dificultades a la hora de abandonar el hábito. El tabaco crea dependencia psicológica muy fuerte, lo mismo que algunos de sus componentes como la nicotina. Pero la cifras demuestran que dejar de fumar es posible: 6,5 millones de personas han dejado de fumar en España. Cualquier momento es bueno para hacerlo. No es un proceso fácil, así que si es necesario se debe pedir ayuda a su entorno y al neumólogo. Existen medicaciones, tratamientos psicológicos y seguimientos médicos que pueden ser muy útiles para que desaparezca la adicción. La fuerza de voluntad de la persona también es muy importante. Si las fuerzas flaquean en algún momento del proceso, el doctor Montemayor recomienda realizar una lista con los pros y los contras de fumar, destacando por encima de todo los beneficios que abandonar ese hábito le reportaría.
Los cambios que se producen al dejar de fumar
Cuando se deja de fumar, los beneficios se pueden empezar a notar a las dos o tres semanas. El corazón funciona mejor, así como la forma de respirar. La tos desaparece, se recupera el olfato y el gusto, y se deja de oler a tabaco. La mayor parte de los riesgos que produce el tabaco van disminuyendo claramente de forma continuada. Una persona diagnosticada de epoc mejora su calidad de vida de gran manera desde el momento en que deja de fumar.
El consumo de tabaco aumenta el riesgo de sobrepeso
Fuente: http://www.larazon.es/noticia/2891-el-consumo-de-tabaco-aumenta-el-riesgo-de-sobrepeso
El tabaco es un conocido factor de riesgo cardiovascular, así como una adicción muy perjudicial para la salud. Hace tiempo que se conocen los daños asociados al tabaquismo, a los cuales debemos sumar uno más: aumenta la posibilidad de sufrir sobrepeso. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen de un trabajo llevado a cabo en el Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, en el cual se evaluó prospectivamente a más de 7.500 participantes en el estudio SUN (financiado por el instituto de Salud Carlos III) durante algo más de cuatro años. Dicho trabajo, publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), perseguía el objetivo de evaluar la asociación de dos factores de riesgo cardiovascular muy importantes, por un lado, el hábito tabáquico y por el otro, la ganancia de peso, factor que está aumentado considerablemente en los últimos años. Los resultados del estudio mostraron que, los participantes que dejaron de fumar durante el seguimiento, presentaron una mayor ganancia relativa al peso: más de 1 kilo y medio en los hombres, y alrededor de 1 kilo en las mujeres. En el caso de los fumadores en activo, este colectivo también presentó mayor incremento de peso que los nunca fumadores: alrededor de medio kilo en varones y 0,36 Kg. en mujeres. «El hecho de que los participantes fumadores que continúan fumando también ganaran peso es el dato que más nos ha sorprendido y por ello, debemos destacarlo», afirma el doctor Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra y director de esta investigación. «Este hecho viene a corroborar lo nocivo que resulta el tabaco para el ser humano, continúa. En este sentido, aunque los fumadores que abandonan este hábito aumentan de peso, este hecho les compensa frente al daño que supone fumar».
¿Por qué el hecho de fumar provoca que se aumente de peso? Según el doctor Martínez-González, «las razones que barajamos son meramente especulativas y no se conocen con detalle, pero en la mayoría de los casos suele haber un denominador común: son personas que tienen menos fuerza de voluntad a la hora de cuidar de su salud. Todos los participantes del estudio saben que el tabaco es perjudicial (la mayoría son profesionales sanitarios), pero aún así confiesan no ser capaces de dejarlo. En este sentido, es verosímil asumir que tampoco le den importancia a haber ganado peso». «Al prevenir el tabaquismo nos estamos alejando de dos factores de riesgo cardiovasculares claves: el tabaco y la obesidad», comenta Martínez-González. Aunque, actualmente, esta asociación se está teniendo en cuenta en los programas de prevención, los especialistas reclaman la implementación de más políticas de prevención a nivel de políticas generales de salud.«El conocimiento e intervención, tanto de los cardiólogos como de los médicos de familia, respecto a la prevención de estos factores de riesgo aumenta más que significativamente. Pero a nivel de políticas generales nos encontramos con algunos vacíos, por ejemplo, ¿por qué no aumenta más el precio del tabaco en España? o ¿por qué no se alteran las políticas de impuestos de los alimentos que más conducen a la obesidad?», plantea el especialista. En conclusión, tal y como apunta el artículo publicado por la revista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), contrariamente a lo que se cree, el tabaquismo no es una forma de prevenir la obesidad y de hecho, la aumenta, sobre todo en ex fumadores y en fumadores que continúan exponiéndose.
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