INFORME EN EEUU MARÍA VALERIO
El humo ambiental del tabaco debería ya formar parte de la lista de sustancias contaminantes del aire, según un grupo de especialistas estadounidenses. Entre las evidencias que han empleado para llegar a esta conclusión destaca una mayor incidencia de cáncer de mama en fumadoras pasivas menores de 50 años.
El informe que acaba de hacer público la agencia californiana de Protección del Medio Ambiente (EPA) relaciona la exposición ambiental a los componentes del tabaco con una serie de patologías que van desde asma, bronquitis, neumonía, enfermedad cardiaca, hasta una mayor incidencia de tumores de mama en mujeres premenopáusicas. Pero también con más tasas de muerte súbita infantil, bajo peso al nacer o infecciones oído en el caso de los niños.
"El humo del tabaco es algo más que una molestia. La evidencia científica sigue creciendo para demostrar que los fumadores ponen en peligro a sus familiares y amigos cuando encienden un cigarrillo en su presencia", señala el doctor Joan Denton, director de la Oficina estadounidense que valora los riesgos medioambientales, la OEHHA, otra de las instituciones que ha colaborado en esta revisión.
Respecto al cáncer de mama, los autores descubrieron riesgos estadísticamente significativos en el caso de las fumadoras pasivas en siete de los 14 estudios analizados. Después de escoger los cinco mejores trabajos, los especialistas calculan que su riesgo es casi dos veces superior al de mujeres no fumadoras o que no conviven con un fumador.
La asociación, sin embargo, no se pudo confirmar al valorar a mujeres más mayores. "Al contrario de lo que apreciamos con las jóvenes", indica el documento, "no se observó una asociación concluyente respecto a las postmenopáusicas". Habrá que esperar, reconocen, nuevas investigaciones que confirmen este extremo.
Los investigadores recuerdan que a pesar de los datos disponibles en animales no había suficientes estudios que permitiesen hablar de una relación causa-efecto entre el humo ambiental y el cáncer de mama. "Puesto que no había evidencias que relacionasen el tabaquismo activo con esta enfermedad", reconocen, "aún menos se consideraba la posibilidad de que pudiese haberla con respecto al tabaquismo pasivo".
En la actualidad, y aunque sigue habiendo heterogeneidad en los resultados, la tendencia más generalizada admite el incremento del riesgo de cáncer de mama ligado al tabaco, lo que permite además abrir la puerta a los estudios sobre tabaquismo pasivo.
"Todos los trabajos epidemiológicos analizados, junto al hecho de que más de 20 componentes del humo ambiental procedente de los cigarrillos sean carcinogénicos para la glándula mamaria, aportan una evidencia suficiente sobre su influencia en ciertos tumores de mama en mujeres jóvenes", concluyen.
El humo ambiental del tabaco debería ya formar parte de la lista de sustancias contaminantes del aire, según un grupo de especialistas estadounidenses. Entre las evidencias que han empleado para llegar a esta conclusión destaca una mayor incidencia de cáncer de mama en fumadoras pasivas menores de 50 años.
El informe que acaba de hacer público la agencia californiana de Protección del Medio Ambiente (EPA) relaciona la exposición ambiental a los componentes del tabaco con una serie de patologías que van desde asma, bronquitis, neumonía, enfermedad cardiaca, hasta una mayor incidencia de tumores de mama en mujeres premenopáusicas. Pero también con más tasas de muerte súbita infantil, bajo peso al nacer o infecciones oído en el caso de los niños.
"El humo del tabaco es algo más que una molestia. La evidencia científica sigue creciendo para demostrar que los fumadores ponen en peligro a sus familiares y amigos cuando encienden un cigarrillo en su presencia", señala el doctor Joan Denton, director de la Oficina estadounidense que valora los riesgos medioambientales, la OEHHA, otra de las instituciones que ha colaborado en esta revisión.
Respecto al cáncer de mama, los autores descubrieron riesgos estadísticamente significativos en el caso de las fumadoras pasivas en siete de los 14 estudios analizados. Después de escoger los cinco mejores trabajos, los especialistas calculan que su riesgo es casi dos veces superior al de mujeres no fumadoras o que no conviven con un fumador.
La asociación, sin embargo, no se pudo confirmar al valorar a mujeres más mayores. "Al contrario de lo que apreciamos con las jóvenes", indica el documento, "no se observó una asociación concluyente respecto a las postmenopáusicas". Habrá que esperar, reconocen, nuevas investigaciones que confirmen este extremo.
Los investigadores recuerdan que a pesar de los datos disponibles en animales no había suficientes estudios que permitiesen hablar de una relación causa-efecto entre el humo ambiental y el cáncer de mama. "Puesto que no había evidencias que relacionasen el tabaquismo activo con esta enfermedad", reconocen, "aún menos se consideraba la posibilidad de que pudiese haberla con respecto al tabaquismo pasivo".
En la actualidad, y aunque sigue habiendo heterogeneidad en los resultados, la tendencia más generalizada admite el incremento del riesgo de cáncer de mama ligado al tabaco, lo que permite además abrir la puerta a los estudios sobre tabaquismo pasivo.
"Todos los trabajos epidemiológicos analizados, junto al hecho de que más de 20 componentes del humo ambiental procedente de los cigarrillos sean carcinogénicos para la glándula mamaria, aportan una evidencia suficiente sobre su influencia en ciertos tumores de mama en mujeres jóvenes", concluyen.
Fuente: Mundoes.com
1 comentario:
El cigarro común es dañino ya sea que se fume directamente o pasivamente, por eso es mejor el e-cig.
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Trabajo en IQOS México.
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