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Muchas adquieren el hábito a partir de los 15 años y superan porcentualmente a los varones fumadores.
El hábito de fumar se está potenciando cada vez más entre las adolescentes santiagueñas y el aumento de esta adicción se produce de manera alarmante entre la población juvenil, según estimaron los especialistas.
Al respecto, el Dr. Pedro Contardi, director del Hospital Neumonológico Monseñor Jorge Gottau, certificó que en Santiago del Estero se está observando un aumento de jóvenes fumadores de ambos sexos, aunque determinó que especialmente las chicas están fumando cada vez más precozmente, a partir de los 15 años.
Una encuesta encargada por el Ministerio de Salud de la Nación, indica que en la Argentina, 6 de cada 10 adolescentes han probado un cigarrillo alguna vez en su vida, y el 30,3 por ciento de los que lo hicieron se han convertido en fumadores diarios.
Sin duda alguna, el dato llamativo y preocupante es el alto porcentaje de chicas de entre 15 años y 18 años que fuma habitualmente: el 31 por ciento, frente al 23 por ciento de chicos de la misma edad, según destaca una estadística de la cartera sanitaria.
Por su parte, Contardi indicó que las jóvenes se inician en el hábito de fumar por una cuestión social, “al querer la adolescente parecerse más tempranamente al adulto, toma las costumbres de éstos, y en esos hábitos están incluidos el cigarrillo y las bebidas alcohólicas en un afán de querer parecer mayor a su edad cronológica”.
A su vez, advirtió que hacia los 19 años de edad, casi un 30 por ciento de las adolescentes han tenido contacto de forma activa con el cigarrillo, “cifras de verdad alarmantes, por ello, la educación y los buenos ejemplos en los primeros años de la vida son fundamentales para evitar un hábito muy peligroso”.
En este punto, subrayó que actualmente “la mayoría de los padres lo toman como una cosa normal de la edad, consideran que todos los chicos lo hacen y, por lo tanto, no hacen grandes planteos a sus hijos, que es lo que pasa también con las bebidas alcohólicas”.
Para Contardi, el hábito de fumar entre las adolescentes es un enfoque social muy latino, “en otras sociedades más desarrolladas el tema del cigarrillo está más controlado, no así el alcohol y otras drogas”.
Comentó que desde su experiencia como médico, en la consulta, cuando ve adolescentes o personas jóvenes, una parte fundamental es el interrogatorio al paciente, “lo primero que se le pregunta es sobre el hábito de fumar y ahí se nota que el adolescente les oculta a sus padres, pero sí lo hablan con el médico y reconocen que fuman”.
Señalan los especialistas que una elevada cifra de adolescentes fumadoras resulta preocupante por todo lo que conlleva esta edad: se trata de una etapa muy marcada por los cambios en el estilo de vida y en el comportamiento, un periodo en el que se consolida la personalidad.
Los hábitos de vida adquiridos en esta etapa se mantienen, por lo general, en la vida adulta, y son muy difíciles de modificar una vez establecidos.
Otro dato preocupante relacionado con el tabaquismo femenino indica que el riesgo de enfermedad coronaria se incrementa si una mujer que toma anticonceptivos fuma, pero aumenta especialmente el riesgo de tromboembolismo pulmonar, que es de 20 a 40 veces superior entre las fumadoras.
