25 febrero 2010

Una batalla ganada al tabaco


Un Ejemplo de voluntad y constancia.Olegario Renilla
Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=494824

Las leyes que cada vez con mayor rigor se aplican en España a la hora de poner límites a los fumadores ya no suponen ningún quebradero de cabeza para Olegario Renilla Renilla, un ejemplo de disciplina, valentía y, sobre todo, de voluntad. Y es que este Licenciado en Económicas, natural de Coria, ha pasado de apagar 40 cigarrillos al día durante 23 años a no probar ni uno. A los 13 años comenzó a fumar en compañía de los amigos y, seguramente, sin todavía ser consciente de los efectos nocivos que suponía hacerse partícipe de lo que se ha convertido en un vicio y en un fantasma para muchos. "Tiene una voluntad férrea" comenta su mujer Inés que asegura sentirse satisfecha de la actitud y valentía con la que su marido ha hecho frente a una de las batallas más importantes de su vida y que aún hoy día para otros es una adición imposible de abandonar. "Ahora apenas tenemos ceniceros en ningún espacio de nuestra casa, solo los sacamos cuando vienen visitas y alguien quiere fumar", confiesa.

Correr y montar en bicicleta se convirtieron desde hace un tiempo en las grandes aficiones de este vecino cauriense padre de tres hijos. Unos pasatiempos totalmente incompatibles con el cigarro. Por eso, y ya con 36 años, Olegario decidió iniciar una nueva etapa en su vida y ponerse en manos de un profesional para alcanzar su propósito soñado: dejar el tabaco. "Ha sido radical y lo ha logrado hasta el punto de que nunca más se ha planteado volver a fumar", asegura su mujer. Hasta el extremo de que ahora, incluso, "le molesta mucho el humo" puntualiza.

Pero todo no ha sido un camino de rosas, ya que una voluntad grande y, sobre todo, el apoyo de su familia han sido los motores que han ayudado a Olegario a abandonar el tabaco. A partir de ese momento sustituyó el humo por el asfalto y se dedicó a practicar el atletismo cada minuto, cada hora, cada día corriendo hasta imponerse nuevas metas, lo que le llevó a marcarse un nuevo objetivo, eso sí, más saludable: correr la maratón de Nueva York y así lo hizo. "Ha merecido plenamente la pena y verle por Central Park correr era un subidón de adrenalina constante, así que imagino que para él debió ser...", comenta Inés emocionada al sentirse partícipe del sueño ya cumplido de su marido.

Ahora, ambos recuerdan los maravillosos días vividos en el Bronx entre gente amable, niños ofreciendo agua y fruta tras la carrera y en la que todo el mundo daba la enhorabuena al extremeño en el que seguramente más de uno tras conocer su historia posiblemente se planteará seguir fumando o sustituir el tabaco por otras prácticas más saludables y que hoy hacen más felices a Olegario y a su familia. "Cuando fumaba era un suplicio, él lo ha dejado sobre todo por nuestros hijos y estamos contentos", manifiesta Inés.

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